martes, 28 de febrero de 2012

Me quedo mirando el cielo mientras me fumo un cigarro. ¡Qué bonita se ve a veces la vida! ¡Con lo fea que es otras! Podría morir así, sonriendo, cegándome por el sol y pensando en alguna belleza de la vida. La vida es completa cuando tienes todo lo que te hace feliz. Ya sea alguien, ya sea una ilusión, ya se la felicidad que te da ver una sonrisa al ir caminando por la calle. Y si, aquí estoy, completa. Con todas las letras, silabas y su significado desde la c hasta la a. Me importa muy muy poco que la gente me diga tal. O digan, tía, controlate. No lo he echo en 16 años, ¿porqué iba a hacerlo ahora? 
Y solo voy a decir una vez esto. Lo siento. Ya. Siento ser feliz, porque sé que te jode. Siento que encontrar felicidad en pequeños placeres. Siento no saber donde esta el límite, y también siento sentirme especial. Pero lo cierto es que me da igual, completamente igual. Nadie tiene ni puta idea de lo que marcan mis leyes. Uy, se me olvidaba que no tengo. 
Y podéis pensar. Vale, pero ¿Porqué? Porque sí. Porque soy libre de ir y venir. De pasarme horas metida en mi cuarto. De girarme a mirar a quien se acaba de cruzar conmigo. Por esto, y solo por esto, me siento bien. En serio. Estoy bien. 
El cigarro se consume, pero no yo. Me levanto de ese banco para irme a algún sitio que aún no he pensado si quiera. Me despido, entonces, algún día volveré tal y como era. O quizás no. Me da lo mismo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario