Me desperté algo confusa, pensativa. Que raro veo hoy todo. Me he levantado con ganas de coger el mp3 y echar a andar, hasta que se acabe la batería, y pensar en todo. En lo que te echo hoy de menos, en lo que hoy necesito que me beses... Pensar en los momentos pocos, pero increíbles, que hemos pasado. Te echo tanto en falta... Se me acelera el pulso solo imaginarme contigo a mi lado. Cada día, cada noche. Es costumbre ya verte pasear por mi cabeza. Es costumbre soñar contigo. Ahora me veo atrapada por algo invisible, algo que no se nota, pero si se siente. Me es imposible no recordar lo que fuiste.
A veces, sentada en mi cama, abrazada a mis rodillas, miro el suelo e imagino. Un mundo mejor. Días mejores sin ti. Días en los que me crea que te olvido. Me imagino a mi, después de pasar página. Y que recordarte no me duela. Aquí sigues, en mi mente. Martilleando. Quemando cada parte de mi, y haciendo que me cueste sonreír. Me acuerdo las noche que pasé a oscuras, en mi cuarto abrazando la almohada. Imaginándote a mi lado entre lágrimas. Si supieras el daño que haces, sin saberlo. 
Otra veces, me dicen que estoy ausente. Que parece que voy a mi bola. Que nada me importa. Pero no se dan cuenta de que estoy afectada... De que te necesito. De echo creo, que no lo entienden. Pero te necesito, de veras. Me dicen, que los ojos me brillan de una manera especial cuando te nombro. Que se puede leer en mi lo que aún siento. ¿Y que hago? Si te has colado tan dentro. Entraste justo en el hueco que tenía vacío, y poco a poco quitaste espacio a todo lo demás expandiéndote. Ahora, es todo para ti.
¡Pero no puedo más! Quiero curarme, quiero dejar de escribir para ti. Quiero enamorarme de alguien que si merezca la pena. Quiero amar, reír, y soñar (no contigo). Quiero verte y que seas uno más. Poder gritar que todo va bien. Que tú ya no eres nada. Olvidarte. 
Y si algún día tú decides volver, recuerda que estuve y estoy. Pero no estaré.